Ultimamente estamos viendo erosión hídrica en situaciones que nos sorprenden.
La combinación de lluvias cada vez más intensas y agricultura continua con predominio del cultivo de soja generan condiciones para que haya erosión en lotes con muy escasa pendiente a los que antes hubiéramos considerado sin riesgo de erosión.
La siembra directa no es suficiente para controlar el proceso erosivo y es necesario el manejo de los escurrimientos para evitar la degradación por erosión hídrica que provoca un deterioro irreversible en el potencial productivo de los suelos.
La formación de surcos y cárcavas es la etapa final más visible de la erosión laminar que muchas veces no se advierte pero que se lleva lo más productivo de nuestros suelos.
En caso de querer implementar prácticas de control, consulte a nuestro departamento de manejo y conservación de suelos.
